El paso del tiempo...


El tiempo pasa, éste es un hecho irrefutable que ninguno de nosotros podremos núnca negar. Las cosas cambian con el tiempo, dónde una vez hubo un bosque, ahora hay un campo de cultivo. Dónde una vez hubo un campo de cultivo, ahora hay una urbanización y dónde una vez hubo una urbanización, ahora hay unos escombros que posteriormente cambiarán a Diós sabe qué.
El tiempo pasa y las cosas cambian, y así también cambian los sentimientos, el tiempo siempre pone las cosas en su lugar, y naturalmente a su debido tiempo. El recién nacido amor fué una vez tan fuerte que nádie se atreveria a pronosticar su fin, con el tiempo se torno en rutina, y la rutina acabó con una bella relación, la cual se convirtió en odio, y al tiempo, en paz.
El tiempo es un elemento implacable, un pequeño error en un momento puede transtornar el futuro de forma colosal, el tiempo es el ávatar del todo y de la nada, caos y orden, y tan solo los virtuosos poseedores de la paciencia són capaces de afrontarlo sin temor, esperando infinitamente su momento para cumplir sus ambiciones. Yo no formo parte de ese grupo de afortunados, pero si que me esfuerzo para ser cada día más paciente, porque si una cosa sé es que las prisas y la impaciencia no me servirán de nada si mi rival es el tiempo.

PS: Feliz Navidad!!

Navidad


Son las doce y cuarto de la noche, un viento gélido resople entre las calles del casco antiguo de Girona, tan frio que congela incluso mis pensamientos. He estado cenando en un restaurante con mis compañeros de trabajo y con mi jefe, hoy celebrabamos la típica cena de navidad, con el gran desenlace del aun más típico "amigo invisible", ha habido regalos para todos los gustos, desde satíricos a románticos, unas zapatillas, una planta, un saco de macarrones de 5kg y un collar de perro para mi jefe, quién no tiene perro porcierto.
Vuelvo al principio, son las doce de la noche y me dirigo a mi casa intentando no morir congelado, cargando mi saco de 5kg de macarrones por una de las calles más céntricas de la ciudad. Casi al final de la calle hay una oficina muy grande de la Caixa, y dentro de ésta un sin-techo apoyado en uno de los cristales. Lo miro desde la calle, le reconozco, muchos domingos solia venir a la libreria mientras yo trabajaba y tenia que hecharle. Entro en la oficina y le arrojo el saco de macarrones, no creo que hubiera aprovechado tanto diez euros o más, la questión es que ahora tendrá comida para un mes.
Sigo andando por la calle pensando en lo diferente que esán siendo estas navidades de la anteriores, ésta vez estoy más y menos solo que las otras veces, es un poco paradojico pero es así, éste año he recuperado el contacto con mi madre y por extensión con el resto de mi familia materna, algo que me llena de alegria. Por otro lado me he quedado sin pareja sentimental y por extensión he perdido el contacto con la que fué mi familia durante seis largos años. Resuelta la paradoja sigo pensando en la Navidad en si misma, en lo que representa. Supongo que para los religiosos católicos debe ser una época de mágia, el nacimiento del mesias, una época de paz. ¿Pero cuantos verdaderos religiosos quedan? Para los agnosticos, ateos, satanistas, y otros grupos religiosos y antireligiosos ¿que representa que tenemos que hacer durante estas fechas? Comprar y gastarnos los ahorros y las pagas dobles en regalos para familiares y allegados, y mandar postales y desear felices navidades a todo el mundo y estar sonrientes y felices por el aniversario del dudoso mesias creador de una secta estúpida y carca. Y aún añadire un grupo más de personas damnificadas por las Navidades, los tenderos, esas personas con enormes sonrisas que desde su lado del mostrador nos venden las cosas que regalaremos, y nos las envuelven con coloridos papeles de regalo, y nos desean feliz navidad aún cuando estan haciendo horas extras como locos y trabajan los siete dias de la semana para que podamos comprar los regalos, estaba intentando ser sarcastico por si alguien no lo habia notado.
Enmedio de estas divagaciones navideñas llego a casa, congelado como un tempano y tiritando mientras me quito la bufanda y la tiro en el sofá me entra un sueño inaplazable, subo las escaleras y me hecho en la cama y me tapo con las sabanas y el edredón y acomodo a la gata y compruebo que la alarma esté configurada para sonar a las ocho, y me doy la vuelta y caigo en un profundo sueño.
Unas horas mas tarde me despierto sudando y mareado, he comido demasiado en la cena y no estoy muy acostumbrado a comer últimamente y los excesos me matan, voy al baño corriendo e inevitablemente vomito todo lo que he comido, cuando acabo me limpio con agua y la toalla, huelo que apesto así que mejor me doy una ducha antes de volver a la cama, ahora ya limpio me vuelvo a tapar con l as sábanas y el edredón y tan solo unos minutos mas tarde suena el maldito despertador, otra vuelta a empezar.
El menda que inventó la navidad deberia ser torturado y cruzifijado por su temeridad...